Durant y Diego presenta su colección “Caracas” en el marco de la plataforma cultural Con C de Caracas en Capuy.

Pero el prodigio mayor de Caracas es que en medio del hierro y el asfalto 
y los embotellamientos de tránsito que siguen siendo uno solo y siempre el mismo desde hace 20 años, 
la ciudad conserva todavía, en su corazón la nostalgia del campo. 
Hay unas tardes de sol primaveral en que se oyen más las chicharras  que los carros,
y uno duerme en el piso número quince de un rascacielos de vidrio soñando con el canto de las ranas 
y el pistón de los grillos, y se despierta en unas albas atronadoras, 
pero todavía purificadas por los cobres de un gallo. 
Es el revés de los cuentos de hadas: la feliz Caracas.

Gabriel García Marquez

Una fila de modelos se situó en la puerta por la que minutos antes estaban entrando los invitados. Una camiseta que rezaba Caracas fue de las primeras cosas que se vio. Casi haciendo redundante la esmerada y amena presentación de Mario Aranaga. La colección misma podía gritar su nombre valiéndose del contexto.

La acompañaba una falda lápiz de vichy. Ambas prendas eran llevadas por una modelo con los dos moños que popularizó Miley Cyrus. Pero que para esta ocasión no se veía nasty o vulgar, sino más bien medio edgy y con coqueteos a la elegancia.

Salida, parada, pose. Caminar, parada, pose. Seguir, parada, pose. Repeat. Después de ella, fue el turno de las cerámicas de Gio Ponti y Las Nubes de Cálder. Cada diseño que escenifica las creaciones de los dos artistas desfiló y posó por toda la quinta Capuy en Las Mercedes.

La línea pretende evocar el glamour y la arquitectura de la Caracas antes de la entrada del siglo XXI. De manera que presentarse en el marco de la plataforma con C de Caracas de Capuy resultó el escenario perfecto.

Ese 27 de noviembre, más de una docena de modelos caminaron por el lugar. Las nubes de Cálder colgaban en zarcillos, collares y otros accesorios. Además de haberse transformado en raso para estar adheridas a faldas, tops y vestidos. Las piezas strapless dominan la colección.

La cerámica de Ponti no actúo distinto. Si se hacía el popular y viral maniqui challenge, las modelos serían confundidas con las obras de arte que exhibe Capuy como mobiliario.  Además, cada backing con el nombre de la colección, tenía un diseño temático que pintaba la palabra Caracas de formas muy simpáticas.

La textura más popular en las prendas fueron los tejidos sintéticos. Había prendas que a primera vista permitían sentir el neopreno. Es ese deseo de Durant y Diego de mantenerse al día con el panorama internacional desde su creación en 1993.

El raso, la organza y el crepe conforman el resto de las telas utilizadas. Mientras que los colores varían entre marrones, grises, beige, negro y azul. Además de los toques vibrantes donde el tono que más se notó fue el naranja.

También hay un suéter en un tejido que se asemeja al de punto. Tiene las Nubes de Cálder en un hombro y la modelo que lo llevaba afirmó que era “lo más rico que le pudieron poner”.

La colección “Caracas” de Durant y Diego es color, estructura, arte y diseño. Así se vestía Caracas, así se viste Caracas. O al menos parte de ella.

Durant y Diego junto a Capuy en pro de la fundación Wayuu Taya

El desfile del pasado 27 de noviembre, fue una alianza de Durant y Diego con Capuy a beneficio de la fundación sin fines de lucro creada por Patricia Velásquez. Wayuu Taya es una organización no gubernamental que se encarga de ayudar al desarrollo de los grupos indígenas latinoamericanos, en especial la etnia Wayúu.

En la actualidad, Wayuu Taya mantiene el Centro Educativo Tepichi Talashi. Donde aproximadamente 2.500 niños del Municipio Mara, en el Estado Zulia, se benefician. EL objetivo es brindarle una educación integral de calidad, mientras se respeta su cultura indígena. Por otro lado, La Fundación se encarga de promover la artesanía local y comercializarla para devolver las ganancias a la población local. Así, a su vez, promueven el desarrollo sustentable.

Asimismo, se encargan de realizar actividades en pro a los derechos alimenticios y de salud de las poblaciones indígenas que viven en extrema pobreza.