Más que una review, las lecciones e ideas que más me gustaron y recordaré del libro El camino de la creatividad de Jesús Hijas.

“Un guardarropa sensato va ligado a la elección
de piezas atemporales que sigan siendo interesantes a lo largo del tiempo."
Martha D. Riezu
¿Has sentido la chispa? Aunque no lo sepas, es posible que sí. Y esa es una de las cosas que aprendes con este libro. El camino de la creatividad desmitifica y descompone el proceso creativo para reducirlo a un sistema tan simple como los dos conceptos que, según yo, son de los más importantes del texto: la divergencia y la convergencia.
Yo tampoco sabía que Jesús Hijas le llamaba la chispa a ese aha moment en el que damos con algo que nos mueve desde la emoción. Y seguramente tú has percibido algo que no era solo una buena idea; era algo más. Algo que nos hace reaccionar con una mezcla de asombro, envidia y entusiasmo. Eso que no solo resuelve un problema: nos emocionaba.
Eso es lo que entendí con El camino de la creatividad de Jesús Hijas: la chispa. Esa emoción intensa que se enciende cuando lo original conecta con lo humano. La creatividad, nos dice el autor, no es una cuestión de suerte ni un talento reservado a unos pocos: es una disciplina que se entrena. Y esa chispa puede convertirse en un hábito.
¿Qué es la creatividad?
Jesús Hijas dice claro y conciso: “la creatividad es la capacidad de idear soluciones originales a problemas reales”.
No se trata de improvisar sin rumbo ni de esperar la inspiración divina. Se trata de recorrer un camino con dos etapas fundamentales:
- Divergencia: abrir posibilidades, hacer preguntas, generar ideas ante el reto.
- Convergencia: ordenar, seleccionar y conectar esas ideas para dar una respuesta.
Este proceso convierte el pensamiento creativo en una herramienta poderosa para la vida diaria, más allá del arte o el marketing. Es una forma de pensar y vivir con propósito.
Uno de los aportes más valiosos del libro es la forma en la que desmonta el mito de que la creatividad es improvisación o tiene que ver con responder rápido a algo solo porque sí. La creatividad no es caos. Al contrario: requiere método, entrenamiento y confianza. Improvisar sin entrenamiento es dejar la creatividad al azar. Pero con práctica, la improvisación se vuelve productiva.
Pensar creativamente es romper con lo conocido. Es asumir que las respuestas no están dadas, que el problema puede tener muchas soluciones, y que algunas vendrán solo si cambiamos la forma de mirar.

Entonces, ¿cuál es el camino de la creatividad?
Te comparto algunas prácticas sencillas que me dejó este libro y siento que son parte de las que he aplicado -y me funcionan- o puedo aplicar:
- Hazte preguntas todos los días.
- Rodéate de diversidad: de ideas, personas, culturas, disciplinas.
- Ten una rutina, pero también sal de ella, cambia tu ruta al trabajo, prueba un hobby nuevo, escucha un género musical diferente.
- Construye tu memoria creativa o, como diría yo: tu mapa de inspiración.
- Visualiza la emoción de la solución final: sentirlo antes de lograrlo te pone en movimiento.
El camino de la creatividad no es una fórmula mágica. Es un modelo o sistema para vivir con una mirada original frente al mundo. Y lo mejor: está al alcance de todos. Según lo que propone Jesús Hijas, cada reto puede encender la chispa. Cada idea puede ser la semilla de algo poderoso. Y tú puedes aprender a reconocerla, cultivarla y compartirla.
Frases de El camino de la creatividad que me gustaron:
“La creatividad es la capacidad de idear soluciones originales a problemas reales”.
“Lo que aportan las mentes más entrenadas en la creatividad son buenas preguntas para que esas respuestas afloren, junto con nuevas ideas, por locas que parezcan al principio.”
“la creatividad no es improvisación (aleatoria). La creatividad se aprende y se entrena.”
“Sin confianza creativa en uno mismo es muy difícil mantener la confianza en el proceso creativo en el punto de máxima divergencia.”
¿Cuál resuena más contigo?