Una de las tendencias que más estamos viendo en el street style y se mantendrá para el próximo año: la polo

Para mí, el polo es una prenda que casi pasa desapercibida, hasta que la he comenzado a ver en muchos de los mejores looks del street style o las redes sociales. Siempre que la veo en un buen look al mejor estilo preppy o combinación de capas, me da una piquiña por probarla. De nuevo. 

Y es que ya dejé de asociarlas con uniformes de colegio o con estilos demasiado sports para mi gusto. Ahora es una pieza clave. Porque una polo mujer bien elegida puede ser una de las piezas más versátiles y elegantes de cualquier guardarropa.

Quizás sea por esa mezcla entre estructura y suavidad, entre lo clásico y lo actual, que esta prenda ha vuelto con fuerza. No lo sé. Pero es un hecho que está reclamando su lugar entre las tendencias contemporáneas, especialmente para el uso del layering. Y, claro, si tienes un estilo más preppy es probable que ya esté en tu closet para darle ese aire pulido que combina lo universitario, lo vintage y lo chic sin esfuerzo.

Un clásico que se reinventa

El encanto de la polo está en su discreción. Tiene un corte limpio, un cuello que aporta estructura y un aire de “bien vestida sin intentarlo”. Hoy, lo vemos reinterpretado con nuevos tejidos, colores pastel o neutros, e incluso versiones oversize que lo vuelven más moderno. Si quieres comprar una ya, aprovecha el Cyber wow. 

Las firmas más sofisticadas lo combinan con faldas de tablas, pantalones de pinzas o jeans rectos, rescatando esa estética de campus americano que parece no pasar de moda.

Y es que, por ejemplo, el estilo preppy nunca desaparece del todo: simplemente madura o se inmortaliza al unirse con la personalidad. No es para lucir como adolescentes de internado, sino para mujeres que valoran la comodidad sin renunciar al estilo.

¿Cómo llevar un polo mujer hoy?

  1. Con faldas plisadas, midi o con estampados de cuadros, una fórmula ganadora para quienes aman los looks con un toque colegial o romántico.
  2. Con pantalones de lino o pinzados: ideal para un look relajado pero pulido, perfecto para un brunch o una reunión informal.
  3. Debajo de un suéter o chaleco tejido: el cuello asomando se ha convertido en un guiño sofisticado y sutil.
  4. En versión monocromática: el blanco o beige nunca fallan, pero un polo azul marino o rosa empolvado puede aportar frescura.

El truco está en equilibrar: si el polo es clásico, acompáñalo con accesorios contemporáneos; si es moderno, deja que el resto del look respire sobriedad.

Más que una prenda, una actitud

La moda tiene eso: te enseña que el estilo no está en seguir tendencias, sino en saber mirar distinto las piezas que ya existen. Así que si aún tienes un polo guardado en el fondo del clóset, dale una segunda oportunidad. Yo ya estoy en eso. 

Quizás descubras que en su sencillez se esconde la clave de un look atemporal, equilibrado y lleno de personalidad.

¿Te atreves?