Cómo se siente tener cuatro años bloggeando, en el cuarto cumpleaños del blog.


Faltan pocos minutos para las nueve de la mañana. Las frases se atropellan en mi cabeza porque todas quieren salir primero. Tenía mucho tiempo sin escribir un post justo antes de publicarlo. Pero todo este “cumpleaños” es irregular. Primero que nada porque me agarró en Perú, lo que tiene mucho significado, ya que al menos el 60% o 70% de este viaje ha sido posible gracias al blog o a MichelleUz como creadora de contenido, que lo han financiado. Nada mejor que poder hacer lo que amas y esto te permita cumplir sueños.

Los detalles de toda esta aventura se los daré después, por ahora, el tema es escribir sobre cómo se siente cumplir 4 años con el blog, el proyecto personal en el que he puesto más energía, aunque siempre me dé cuenta que puedo estar haciendo mucho más. Lo he notado en todo este tiempo, cada día, y se los confesé el año pasado cuando les conté la verdad detrás de MichelleUz Blog.

Desde ese 05 de noviembre de 2014 hasta hoy, mis intereses han variado mucho. Hay cosas que he dejado atrás y otras que he potenciado con los años. El blog es una muestra de ello. Lo único que se ha mantenido siempre en el tiempo es ese deseo inacabable de escribir y mejorar en ese aspecto. Hoy, quizás la moda esté en un segundo plano con respecto a ese otro deseo indescriptible de conocer el mundo y mostrarlo, contarlo. Pero eso no está mal. Estoy dejando que todo fluya y complaciendo a mi corazón, aunque suene cursi. Me muevo con lo que me hace vibrar, o me genera una vibra positiva.

Siempre que tengo encuentros con alguno de esos dos mundos me enfrento a prejuicios y cizañas. Los “escritores” y “periodistas” (colegas, por cierto) me subestiman porque “tengo fotos muy bonitas” o trabajo como “influencer” o, como me he hecho llamar, “creadora de contenido”; algunos influencers o colegas que monetizan sus redes me tachan de “demasiado intensa” por lo que escribo o cómo aún me importa mantener mi blog. Ninguna de las dos cosas me afecta demasiado porque prefiero enfocarme en trabajar y demostrar que uno puede ser todo lo que quiera.

Y es que quizás tienen razón, no soy ni una cosa, ni la otra. Puedo crear contenido bonito y también puedo contar historias –que no siempre son bonitas-. Por eso hoy cambio el MichelleUz Blog por mi biografía de Instagram: “content creator telling stories”. Porque eso es lo que soy: una creadora de contenido contando historias todo el tiempo. Bien sea a través de imágenes o textos.

Si de algo me he dado cuenta en Perú es que más allá de la escritura y lo que hago en el mundo digital, me había olvidado de mi yo creativo offline. De la que ama escribir a mano (justo como en este momento aunque lo deba pasar a la laptop para publicarlo), la que siempre intentó dibujar y pintar o la que adora hacer detalles a mano para regalar. Nunca fui demasiado buena con las manualidades, pero siempre disfruté mucho de ellas y me parece que son excelentes métodos para ejercitar la creatividad.

Lo que más he aprendido aquí, más allá de lecciones viajeras, es a permitirme ser creativa y practicarlo. Es un aspecto de mí que quiero seguir explorando. Creativa en todo sentido, porque hasta en el contenido digital he estado muy inspirada y he tenido demasiadas ideas que no he podido llevar a cabo por falta de equipos. Este viaje ha sido un reto incluso para seguir trabajando, pero como siempre, todo lo que de verdad se quiere, se logra de una u otra forma.

Me siento agradecida. Profundamente agradecida por todo. Por quien soy y lo que he podido hacer con lo que he tenido a la mano. Tanto personal como profesionalmente. Agradezco infinitamente porque no hay cosa que he querido hacer y no haya logrado de una u otra forma. Porque me he permitido sacrificar muchos aspectos para cumplir sueño y los he hecho realidad. Y aunque ahora mismo no sepa dónde estaré en el cumpleaños que viene de MichelleUz, justo como el año pasado no sabía que el cuarto me hallaría en Perú, es eso lo emocionante, porque tengo la cabeza loca de ideas, proyectos, deseos, metas y sobretodo sueños que se tornarán planes.

A los que han llegado hasta aquí conmigo, gracias eternas e infinitas. Ustedes me han ayudado a que pueda cumplir todos los sueños que he cumplido. Por ustedes, en parte, cuento historias, para más allá de saciar mis ganas de escribir, mostrarles otra forma de percibir todo. Gracias y espero su compañía en todo lo que se viene. Gracias, de antemano.