Una nueva década, una nueva etapa para subir de nivel en mi cuidado personal y belleza

Beauty begins the moment you decide to be yourself!
Coco Chanel

Creo que yo misma soy la que le ha dado fuerza a la narrativa de cumplir 30 años y entrar en una nueva etapa. Y, para ser honesta, he estado debatiéndome entre en serio si sentir que he entrado a un nuevo capítulo (que quizás ni tiene que ver con la edad) y el tema de estarlo solo comunicando a lo externo y que internamente no se siente tan así.

Sin embargo, si he ido identificando cosas, personas, comportamientos, hábitos y otras conductas que he dejado atrás y que se siente como un ciclo que se cerró y definitivamente hay una nueva Michelle comenzando una nueva década de vida. Entre todo esto, me siento más bella y cuidada posible. Mi piel y mi cuerpo cada vez mejor. Sin embargo, evidentemente he pensado en una que otra alternativa cosmetología o de medicina estética (no excesivamente invasiva) para un futuro (mediano o largo plazo).

Definitivamente y sin ninguna duda, mi vida en torno al cuidado personal y la belleza ya no es solo una cuestión de maquillaje o de seguir tendencias. Es ese momento en el que te das cuenta de que, de repente la crema hidratante que estás usando ahorita te puede estar funcionando, pero quizás en unos años esa que usabas desde los 20, ya no estará haciendo lo mismo, o que, por alguna razón, tu piel ahora tiene un brillo extra por lo bien cuidada y consentida que la tienes. Mejor que en tu early 20s.

Algunas recomendaciones de mí para ti -y para mí misma- en este nuevo capítulo:

La belleza comienza desde el interior -literalmente-

La belleza no solo se trata de lo que haces por fuera, sino de lo que haces por dentro. Comer mejor, tomar más agua y priorizar mi salud mental ha sido igual de importante, e incluso más, que cualquier crema o serum descubierto y que me aplique. 

Incluso me he dado permiso para descansar más, para decir que no y para regalarme tiempo solo para mí. Algo que, hace 10 años apenas estaba comenzando a trabajar y que ha sido todo un viaje, por un lado, de autodescubrimiento; por el otro, de crecimiento y madurez en mis relaciones interpersonales.

Porque, al final, la belleza a los 30 es encontrar ese equilibrio entre cuidarte físicamente y sentirte bien contigo misma. Es aprender que no hay un estándar único de belleza y que tu rutina no tiene que parecerse a la de nadie más. Es tuya. Como alguna vez escuché y he replicado a mis alumnos y mentorados: “el mejor sistema es el que te funciona a ti”.

Es importante invertir con consciencia

En los últimos años -sobre todo desde que tengo una rutina estricta de skincare- entendí que la belleza no es un sprint, sino un maratón. Y si hay algo que he aprendido, es que la piel es un reflejo directo de cómo la tratamos. Mi primera inversión seria en el cuidado de la piel fue una rutina de limpieza y protección solar, como ya te conté. 

Inciso: sí, la protección solar debería haber estado en mi vida desde mucho antes como algo diario y no solo para la playa, pero lo mejor de esto es que ya es parte de mí. Hoy.

Ahora, después de eso ha venido todo lo demás: cremas hidratantes, serums con componentes específicos, mascarillas, retomar la exfoliación… entre otras tantas cosas que, aunque suenen a veces muestras de publicidad y consumismo, cuando encuentras -como también ya dije- un sistema que te funcione a ti, con los productos favoritos que te funcionan a ti, todo el resto es historia.

Hasta unos zarcillos/pendientes como estos cuentan como inversión en tu belleza.

Lo que pienso sobre el futuro

Al entrar en esta nueva década, decidí que podía comenzar a considerar, al menos, baby botox. Esos tratamientos que antes me parecían innecesarios o demasiado superficiales. Desde limpiezas faciales profundas (nunca me he hecho una) y sesiones de masajes u otros. 

También me sumé al team del ácido hialurónico, retinol y vitamina C. Hasta ahora solo he probado los dos primeros, pero estos nombres antes me sonaban como ingredientes de un experimento científico. Ahora estoy más familiarizada con ellos y son parte esencial de mi vocabulario de belleza. Cada uno tiene su momento del día y su propósito, y aunque mi rutina (tanto de día como de noche) ahora toma más tiempo, lo hago con gusto porque sé que es una inversión a largo plazo.

Así que si estás en este momento de tu vida, te animo a que lo disfrutes. Experimenta, invierte en ti y, sobre todo, recuerda que la belleza es un viaje. Y como en cualquier viaje, lo mejor está en el recorrido.