Un relato breve sobre Cayo Borracho y cómo es importante tener unas sandalias para mujer que sean tus compañeras de aventura
Mi clave para tener un closet que se parezca cada vez más a mi y represente mi estilo de vida es pensar, cada vez que voy a agregar algo, justo en eso último: mi estilo de vida. ¿Qué hago en mis días y cuál es el propósito de obtener esta pieza? ¿Me sirve para reuniones de trabajo o algo afín a mi mundo laboral, para los viajes que hago o las actividades que practico? Y aplica para los zapatos y sandalias.
Si haces trekking necesitas unos buenos zapatos. Si vas a la playa unas buenas sandalias. Y así. Y esto he podido comprobarlo año tras año pero sobre todo durante un viaje en el 2021 a Morrocoy en el que nos pusimos de excursionistas a darle la vuelta al islote y vivimos una clase de reality de supervivencia al desnudo por no llevar zapatos (o por no tener los correctos para que fuese cómodo tomar la decisión de llevarnoslos puestos).
El cuento largo, corto:
Fue un día que llegamos hasta uno de los último cayos del Parque Nacional Morrocoy, Cayo Borracho, que según Wikipedia debe su nombre al “hecho de que el oleaje al momento de acceder a la misma produce movimientos en las embarcaciones que causan una sensación similar al mareo característico del consumo excesivo de alcohol”.
Lo cierto es que es un Cayo muy bonito que tiene un faro y vegetación bastante interesante de ir a explorar. Mide 1,33 kilómetros que recorrimos a pie, sin sandalias ni zapatos y sufrimos las consecuencias de ello. Pasamos descalzos sobre cualquier cantidad de rocas, piedras y superficies marinas duras, que puyaban o con lo caliente del sol, quemaban.
Vimos -y sentimos- el paraíso cuando encontramos sandalias que la gente ha perdido en el mar y las pudimos usar nosotros para poder continuar con la aventura y no seguir sufriendo en el intento. Sí, lo logramos, pero como dice el meme ¿a qué costo?
De la experiencia nos quedaron dos reflexiones: la primera es que la cantidad de sandalias que la gente pierde y se quedan en el océano es abismal cuando realmente te pones a observar y prestar atención a los objetos que consigues tirados en este tipo de playas que no son tan concurridas. Como dato curioso todas las sandalias que conseguimos eran del pie izquierdo.
Y la segunda es que reiteramos lo -sumamente- importante que es tener las sandalias adecuadas para ese tipo de experiencia. Afortunadamente ya las conseguí. Y aunque no es tan difícil conseguir sandalias para mujer, sí lo es si eres una persona como yo que se piensa muchísimo sus compras o sus gastos frente a calidad/precio o utilidad que se le puede dar a algo.
El estilo de las sandalias que me ha parecido ideal para estas actividades es la típica sandalia que puedes amarrarte en el tobillo. Es segura, te aguanta y además es un poco más casual que las flip flops que suelen ser muy informales. Aunque éstas también me gustan, pero para otras ocaciones.
De cualquier manera, el punto del cuento o de hablar de cómo decido comprar mis complementos de vestir, es alegar que es muy importante poder tener sandalias que puedan adaptarse al estilo de vida que tienes y eso es lo que quiero lograr y estoy haciendo.