Fabiola Sifontes, una diseñadora de moda que hace magia a través de un tiempo infinito.

 Es la mente maestra detrás de Serendipity Couture. Graduada en Diseño de Moda y tiene un Master en Moda y Diseño Textil. Una persona espiritual e intuitiva.

Todo comenzó con un café, stevia y un poco de canela. Así se inició una de las conversaciones más enriquecedoras que se puede haber tenido en la vida. La juventud, el trabajo, el país, los sueños y deseos fueron algunos de los temas informales que crearon el ambiente justo para dar paso a la entrevista. Antes de eso, ella llegó saludando a las personas que se encontraban en su lugar de trabajo y se dirigió rápidamente a atender sus obligaciones.  

A primera vista, muestra a una persona fuerte, amigable y quizá hasta un poco extrovertida. Pero, ¡sorpresa! Fabiola Sifontes es una persona bastante espiritual y muy reservada. “Yo nunca quiero mostrar nada. Yo soy todo lo contrario. Yo soy muy privada”, dice con determinación en alguna parte de la conversación. Para comenzar por lo primero, es conveniente destacar que para ella, que lleva rato en el diseño de modas, no existe el tiempo.

Serendipity Couture es exactamente lo que su nombre significa, un hallazgo afortunado en el mundo de la costura. Para obtener ese resultado, su pequeño gran descubrimiento bienaventurado, Fabi debió experimentar varios “serendipitys” antes. Toda su vida se ha conducido por el instinto, por dejarse llevar, por escucharse a sí misma y arriesgarse. Desde que era una adolescente tenía inclinaciones a la creación. De pequeña, su madre le mandaba a hacer la ropa, y esto la llevo a que de grande quisiera seguir con esa tradición. Siempre fue diferente, en un buen sentido, nunca quiso uniformarse y vestir lo que las vitrinas del momento le ofrecían. Ella quería escoger cómo y qué quería. “Nada me era suficiente o ya lo tenía de una vez en la mente y lo veía perfectamente, pero no lo encontraba en la calle”, explica la diseñadora.  

A sus 20 años se encontraba estudiando Ingeniería Química. Sí, no es una carrera que se pueda relacionar fácilmente con la moda, pero Fabiola piensa: “Es interesante. Nunca me arrepiento de haberlo hecho. Eso te abre el entendimiento. Esa es la parte importante de un ingeniero, que puede entender muchas cosas de otra manera. Todavía lo aplico, porque al tener una empresa no es solamente diseñar, es un negocio, hay muchos problemas y lo manejo como un ingeniero. De hecho, me hubiera gustado saber más”.

Por un serendipity se encontró estudiando diseño de modas en Miami. Una carrera “igualita a ella”, según un amigo y ella misma. La diseñadora no se imagina qué hubiese ocurrido sin ese “hallazgo afortunado” en su vida. “Yo he sentido que todo fue perfecto. Es que así se ha conducido la vida”, reafirma su convicción de que lo mejor que se puede hacer con los sueños es dejarlos ser, dejarse llevar. No hay  un “hallazgo afortunado” más grande que otro para ella. No podría escoger uno. Afirma que los elegiría todos, uno tras otro. “Lo más grande es que yo me dejo guiar cuando veo que las cosas cambian. Puede ser muy alocado pero yo voy por ahí porque sigo el instinto”, cuenta.  

Después de Miami, Milán fue el destino de Fabiola Sifontes. Hizo un master en el Instituto Europeo Di Design en Fashion and Textile Design. Se podría decir que la diseñadora tiene lo mejor de dos mundos. Ella cuenta: “Cuando yo estudié en Miami, viví muchos años ahí. Es muy americanizado, muy metódico. Y lo que enseñan es práctico, pero metodología, no te enseñan a pensar. Y cuando vas a Europa, es todo lo contrario, te enseñan a pensar no importa cuál es la manera. La unión de las dos es la perfección. En Latinoamérica tenemos un poco la unión de las dos pero tenemos mucho desorden. Entonces cuando tienes desorden y no hay organización las cosas no funcionan. Pero el ser humano debería mezclar”.

Si se le pregunta a Fabiola dónde se sintió mejor entre estas dos ciudades, no duda en responder: “En los dos. Pero me he sentido siempre mejor aquí”. Por eso, y por cómo ha elegido todo a lo largo de su vida: serendipity, tomó a Venezuela como la cuna de su marca. “Necesitaba saber dónde iba a vivir y donde me siento mejor es aquí y me devolví”. Antes de todo esto ya la diseñadora hacía vestidos, chaquetas, faldas, pantalones. Ya había comenzado a coser. La idea Serendipity Couture comenzó entre el 2007-2008, cree recordar. Comenzó haciendo vestidos a la medida, diseñándole en particular a cada persona. La diseñadora declara que con esa experiencia aprendió muchísimo.

En lo que se ha hecho conocer como pret-a-couture, Fabi, como casi todos la llaman, tiene aproximadamente tres años. “El pret-a-couture es un pret-a-porter pero con las costuras más delicadas, muy  cuidadoso, siempre tratando de tener a la medida en la misma pieza y que no sean tantas. Son unas series limitadas. En lo que cosemos, hay una parte más industrial y una más de atelier. Yo me voy por la parte de atelier y saco por tallas en pequeñas cantidades.  Entonces, en ese nuevo término pret-a-couture, tengo como tres años. Y en cinco te voy a decir que todavía tengo tres porque no tengo noción del tiempo”, explica y finaliza con una risa muy delicada.  

La gerencia de una marca la ha aprendido por ensayo y error. Declara que ha sido el más grande aprendizaje que le ha dado Serendipity, pero que también le ha enseñado a tener paciencia y entender a la gente. En el 2013 ganó el Reto Twistos. Un concurso por la empresa de “las galletas favoritas de los venezolanos”, Twistos, de PepsiCo, donde se reúne lo mejor y más destacado de la moda venezolana. Aunque en el momento si hubo mucho auge, Fabiola cuenta que no hay un antes y un después de ganar, es una continuidad. Sin embargo, agradece muchísimo y está bastante contenta con el hecho de haber ganado: “En el momento si hubo muchísimo auge, pero ya nosotros veníamos con él, ya Serendipipy se estaba dando a conocer muchísimo. De hecho, no pensábamos en que ganáramos o no. Ni sabía cuales iban a ser las consecuencias. Fue muy positivo que nos hayan patrocinado el desfile. Todo estuvo maravilloso, nos dio conocimiento extra, pero ha seguido creciendo a su manera. Nos ayudó y hemos tenido continuidad”.   

Si se conversa sobre inspiración, Fabiola conversa que es muy amplia en ese sentido y que siempre sigue su instinto y se escucha a sí misma. Su última colección “Carmen” está inspirada en México, así que aparte de inspirarse en todo lo que hay a su alrededor, afirma que también se inspira en su vida: “Me inspiro mucho también en lo que me va pasando en mi vida, pasé todo ese año yendo  muchísimo a México y de ahí me salió la inspiración. De ver cuanta cultura, arte y artesanía cultivan los mexicanos. ¡Son preciosas!”.  

Esta conversación lleva a preguntarle a la diseñadora qué elementos de la cultura venezolana podría utilizar en alguna colección. Ante esto, ella responde que ésta ya está intrínseca en todas sus piezas. “La cultura venezolana está en mí porque yo nací aquí, crecí aquí y viví aquí. Soy venezolana. Entonces, todo lo que yo hago está inspirado en la cultura venezolana, en cómo somos. Yo pienso que así yo vaya a China, a donde sea, siempre va a estar hecho por mí, siempre voy a tener ese rasgo venezolano de la mujer coqueta, un poco libre, pero también un poco limitada por el país que estamos viviendo, entonces todo eso se une y yo lo uno a la inspiración que tengo en ese momento”. Y en cuanto a lo que cree que un extranjero tomaría de Venezuela, responde: “Cada persona es distinta, entonces cada persona va a tomar algo distinto, pero lo que Venezuela tiene, para mí, como su mejor cualidad, es el humano. La alegría del venezolano. La amplitud, el buen recibimiento. Por ahora eso y la naturaleza”.

A Fabi le encantaría que Venezuela fuera de los primeros países en la moda alrededor del mundo. “Me encantaría poder incrementar la moda en Venezuela, tenemos que ayudar al país”, dice con seguridad. Asimismo, tiene buenos deseos para ese terreno que espera ocurran en unos años: “Me gustaría que las persona fuesen más libres, que tuvieran la capacidad de hacer las cosas como les provoque, cuando les provoque, sin importar el qué dirán. Porque cuando tú creas tu propio estilo, tuyo, real, todo es más bonito. Hay que atreverse”. A los emprendedores nuevos, les dice: “Trabaja duro. Es lo único que te va a hacer salir adelante”.

Su vida está tan comprometida con la marca que no puede imaginarse el futuro sin que sea lo primero de lo que hable. “No me gusta pensar en el futuro. Puedo definir más a Serendipity que a la Fabiola Sifontes del futuro. Yo lo que quiero es llevar la marca afuera, al mundo, entonces Fabiola Sifontes va con ella”. Para finalizar, Fabi se ve incitada a definir su persona y la marca en una palabra. Para ella, Fabiola Sifontes es auténtica y Serendipity es especial.  

Entre gustos y colores…

Una canción: John Legend – All of me

Una época: los 60’s

Una película: Dirty Dacing

Un diseñador: Alexander McQueen

Un libro: Le Petit Prince de Antoine de Saint-Exupéry 

Un ícono: Madonna

Un lugar: Londres