Un paso a paso sobre cómo pasar de una idea que solo está en tu imaginación a los proyectos creativos que sean tangibles en la realidad.

«la creatividad radica no en lo hecho, sino en el estar haciendo.»

Julia Cameron

Tengo un recuerdo en específico de mí sentada en el suelo, usando la cama como mesa doblando hojas y grapándolas para a continuación comenzar a dibujar y escribir un cuento.  Tengo otro recuerdo de mí siendo la aprendiz de una de mis tías abuelas que estaba haciendo un curso de brazaletes hechos con los cristales de swarovski y lo rápido que podía aprender las técnicas y tejidos que ella me explicaba. Mi infancia estuvo repleta de creatividad. De hacer con las manos. 

A veces no tengo tan presente todo esto, pero cuando me pongo a pensar por todos los proyectos creativos que he pasado, no es aislado que hoy me dedique y promueva lo que promuevo. Desde esos cuentos ilustrados de niña, hasta la bisutería y tejidos para vender, comenzar a coser, volverme lectora empedernida, hacerme ropa, ser modelo, dibujar figurines de moda, escribir y escribir, crear varios blogs hasta formalizar este, meterme con las acuarelas, crear una agencia creativa, tener Le Creative Space y aún hoy seguir trabajando con mis manos en proyectos personales… sin duda, vivo mi vida creativamente.

Creo en la magia de la creación y lo que dice Julia Cameron de “la creatividad sana”. Y por supuesto en que todo es posible si estamos siendo lo más genuinos con nuestra esencia y lo que nos nace crear. Lo que nuestra alma grita que quiere llevar a cabo y dejar salir de nuestra imaginación.

¿Cómo lograr pasar de esa necesidad de crear a que se vuelva tangible?

5 pasos para transformar tus ideas en proyectos creativos

Identifica tus talentos, habilidades e intereses

Lo primero que tenemos que hacer es ser consciente de todo lo que nos atrae, gusta y disfrutamos hacer o conocer. Puede que haya temas en los que no tengas experiencia o consideres que “no eres bueno” pero que formándome, aprendiendo y practicando puedas lograrlo porque te interesan, y puede que haya talentos que ya sean natos en ti y por lo tanto te generan algún interés en seguir profundizando en ellos. 

Todo es posible. Solo tienes que saber de qué se trata esto, así que lo primero que recomiendo es que puedas hacer una lista de todo esto. Piensa en tus intereses, habilidades y talentos. Todo lo que te guste.

Crea un vínculo entre tus habilidades y tus intereses

Ahora… ¿cuál de estas habilidades puede vincularse con algún interés que tengas? o ¿cuál de estos intereses son potenciales para volverse habilidades y tener algún producto de ello? Aquí, después de  identificar qué habilidades y recursos tienes a tu disposición y cómo se alinean con tus intereses, vamos a unirlos, crear un puente entre una cosa y otra para crear algo que te apasione hacer. 

Puede ser que tengas habilidades que aún no has explorado por completo y se unan con algún interés y se cree algo que te emocione. También piensa en las cosas que ya sabes hacer bien y en cómo podrías integrarlas con tus intereses. El truco está en encontrar la intersección entre lo que te apasiona o interesa y lo que sabes hacer bien o es potencial para explorar y aprender.

Dale forma a la idea que más te guste para ser uno de tus primeros proyectos creativos

Una vez  hayas identificado tus habilidades e intereses y hayas hecho ese match entre ellos, es hora de seleccionar la idea que más te entusiasme. En este punto es probable que tengas muchas ideas que hayan surgido del momento de hacer los puentes o vínculos, ya que la idea es que puedas unir la mayor cantidad de intereses con habilidades, sin embargo, siempre hay un par de ideas que son las que más nos emocionan y mueven. Uno lo siente. Puede que con el tiempo varíen, pero en el presente, siempre habrá una o dos (a veces tres) que las sentimos demasiado en nuestro ser como proyectos a llevar a cabo. 

Así que no te preocupes si tienes muchas ideas; esto es normal para personas creativas. Sin embargo, elegir una sola idea para comenzar es crucial. Es fácil distraerse cuando tienes múltiples proyectos en mente, pero enfocarte en uno te permitirá dedicarle la atención y energía necesarias para hacerlo crecer. Luego puedes desarrollar las otras. Nunca es tarde, el momento perfecto siempre será ahora cada vez que lo pienses.

Comienza a darle forma a tu idea. Esto puede implicar hacer un esbozo o un plan inicial. Anota todo lo que se te ocurra: ¿Cuál es el propósito de tu proyecto? ¿Quién es tu público objetivo? ¿Cómo se verá el producto final? Esta es la fase donde tu idea empieza a tomar una forma más concreta, y es importante permitir que tu creatividad fluya sin restricciones.

Respóndete ¿qué puedes ofrecer concretamente con mis proyectos creativos?

Después de seleccionar una idea principal (o quizás dos, lo sé y puedo imaginar que hay mucho dándote vueltas en la cabeza) es momento de preguntarte qué es exactamente lo que quieres hacer con esto. Este es un paso clave, porque aunque ya hayas trabajado en un esbozo inicial, preguntárselo directamente te ayudará a aterrizar tu idea y a transformarla en algo real y tangible.

Piensa en el valor que tu proyecto creativo puede ofrecer a otros. ¿Cómo solucionará un problema, llenará un vacío o mejorará la vida de tu público objetivo? Si tu idea es crear un servicio, ¿qué tipo de experiencia ofrecerás a tus clientes? Si es un producto, ¿qué características lo harán destacar? Al responder estas preguntas, estarás transformando tu idea en una propuesta clara y específica que podrá ser desarrollada y compartida con el mundo. Incluso si no lo estás viendo como un negocio o idea comercial, estas preguntas o pensarlo de esta manera te ayudará mucho.

¡Crea, pon manos a la obra!

Finalmente, el paso más emocionante: ¡crear! Si ya has pulido tu idea y sabes concretamente qué quieres ofrecer, es hora de poner en marcha tu proyecto y dar los primeros pasos. No tengas miedo de cometer errores en el camino, la creación es un proceso que a menudo requiere ajustes y mejoras constantes y eso no lo sabrás hasta que ya eso que te emociona esté en práctica. Lo importante es comenzar haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos.

Empieza a dar vida a tu proyecto y observa cómo toma forma. Permítete experimentar y disfrutar del proceso. A medida que trabajes en tu proyecto, notarás que nuevas ideas y oportunidades surgirán. Mantén la mente abierta y sigue adelante viviendo un día a la vez en lo que llamamos un fluir estratégico.

Si este proceso de convertir una idea en un proyecto creativo te ha inspirado y te gustaría profundizar aún más en cómo gestionar y desarrollar todo lo que tienes en tu imaginación, pero no quieres recorrer este camino solo, únete al training Creación y gestión de proyectos creativos para trabajar este paso a paso con mi guía en todo el proceso. 

En este entrenamiento, aprenderás no sólo cómo generar ideas y darles forma, sino también tendremos una parte sobre cómo planificar y gestionar tus proyectos de manera eficiente y creativa. Ya sea que estés comenzando desde cero o que quieras potenciar un proyecto existente, la idea es que este mes de cuatro sesiones te proporcionará las herramientas y el conocimiento que necesitas para llevar tu creatividad al siguiente nivel.