Mi bikini favorito: triángulo clásico. Nunca pasa de moda. Hoy te comparto 3 diseños que puedes tener siempre en tu closet y combinar estilo, comodidad y recuerdos.

“La vida es como la espuma, por eso hay que darse como el mar”, es más para mí que una simple frase que un día escuché en Y tu mamá también. Película de Cuarón. Y es que no solo por todo el universo simbólico que incluye la frase misma, si no que, para esta amante del mar, ese vaivén y fluir del mar, que igual responde a una lógica científica y, por lo tanto, a una especie de estrategia, representa la manera en la que quiero ir por la vida: un fluir estratégico.
Cada verano o época de vacaciones, cuando empiezo a planear mis escapadas (sobre todo porque coinciden con celebraciones importantes para mí), el mar siempre está como un destino recurrente. Y con eso, visualizar the whole picture de mis bikinis. Porque la verdad es que durante el año no dejo de ir a la playa, incluso Carnaval y Semana Santa son momentos en donde siempre viajo. Sin embargo, cuando se trata de viajes un poco más extensos, la búsqueda y, por lo tanto, el uso de mis trajes de baño, se vuelve más intencional.
¿Cuál me he puesto con más frecuencia este año?, ¿cuál tengo tiempo que no me pongo?, ¿cuál fue el último que me puse?, ¿cómo los he combinado? y ¿qué quiero sentir, transmitir y mostrar en este viaje? son parte de las preguntas que me hago.
Abrir el espacio en donde tengo mi ropa de playa y encontrar mis trajes de baño para irme de viaje muchas veces se trata de volver a mis favoritos de siempre, no importa si me los puse recién.
Recuerdo que cuando era adolescente, cada temporada quería probar algo nuevo: el estampado de moda, el diseño más atrevido, el color del momento. Pero con los años -y muchas donaciones de bikinis que usé una sola vez-, entendí algo importante: los bikinis clásicos son como los buenos recuerdos, siempre están ahí cuando los necesitas.
Y es que esos son mis favoritos. Esos que me han acompañado desde mis primeros viajes de playa, los que siempre me hacen sentir cómoda, segura y, sobre todo, fiel a mi estilo. Y qué fortuna haber invertido en buena calidad, me permite tenerlos conmigo aún después de años.
El modelo de bikini seguro:
(En realidad tengo tres para compartirte/recomendarte hoy)
- El triángulo de toda la vida
Sencillo, elegante y perfectamente ajustable. Le favorece a casi todos los tipos de cuerpo y la variedad de colores, estampados o combinaciones es infinita. Es el bikini que te salva en cualquier viaje. Puedes combinarlo con distintos pareos o shorts y sigue funcionando igual de bien.
Si tuviera que elegir solo uno, sería este: versátil, atemporal y femenino. No hay verano sin un bikini de triángulo.
- El bandeau o strapless
Perfecto para evitar las marcas del sol. Aunque en lo particular yo nunca me bronceo demasiado. Pero este diseño lleva décadas acompañando a quienes aman broncearse de forma uniforme sin perder el estilo.
En mi caso, usar un strapless o traje de baño sin tiras me provoca siempre combinarlo con un sombrero de ala ancha y unos lentes grandes, muy old Hollywood. El escote de hombros que permite visualizar las clavículas con claridad es uno de mis favoritos.
- El de cintura alta
Un favorito que regresa con fuerza siempre. Si el triángulo o el strapless nunca se van, se quedan en nuestra orilla, el de cintura alta es la representación misma de bikini como ola de mar. Va y viene. Tiene ese aire retro que estiliza la figura y aporta una elegancia distinta.
Es el tipo de bikini que te hace sentir como si estuvieras en una postal de los años 50 en la Costa Amalfitana.
El bikini también tiene que ser práctico y acompañarte en tu historia
Y es que recuerda que el verdadero estilo no depende de las tendencias, sino de la autenticidad.
La moda cambia, pero hay piezas que se quedan porque logran lo que toda prenda debería hacer: resaltar lo mejor de quien la lleva. Y con los bikinis pasa igual: más allá del corte o el color, lo importante es cómo te sientes al usarlos.
Yo, por ejemplo, tengo uno negro que me acompaña desde hace años. Puedo combinar la parte de arriba con una de rayas tipo marinero o simplemente ponerme la negra. Es sencillo, no tiene nada de especial a simple vista, pero cada vez que lo llevo, me recuerda veranos felices, viajes con amigos y días infinitos dentro del mar.
Es el que uso para “empatucarme” de protector solar y pasar todo el día bañándome en un mar tranquilo y con la temperatura ideal. Tal vez por eso amo tanto los clásicos: porque no solo visten el cuerpo, también guardan historias.