Así es Nathalia Forkin, diseñadora de la marca bajo el mismo nombre. Ordenada, minuciosa y dedicada.
I’m not like most designers, who have to set sail on an exotic getaway to get inspired. Most of the time, it’s on my walk to work, or sitting in the subway and seeing something random or out of context. Alexander Wang
Llega ese momento en la vida donde te sientes completo con lo que haces. Con lo que tienes. Con lo que quieres. Cuando sabes que el próximo paso es hacer algo que termine de realizarte. Fue en ese instante cuando nació Nathalia Forkin.
Cuando la casa empezó a cambiar para albergar al atelier de sueño que es hoy en día. Cuando comenzó a formarse la mujer NF. Sofisticada, elegante, clásica y divertida.
Hace tres años, a finales de 2013, cuando nació la marca, el taller no estaba así. No habían tantas maquinas, no estaba el personal que está hoy en día ni tantos maniquíes.
Todo comenzó con un desfile en el C.C. Paseo El Hatillo en el marco del Venezuela Se Viste de moda. Todo ha ido evolucionando. Desde las fotos se puede ver el cambio.
Lo que diferencia la marca de las demás son los brocados. Son la insignia de la marca. Está hecha especialmente para las mujeres a las que les gusta invertir en buenos materiales y calidad.
¿Quién es Nathalia Forkin?
Nathalia se mudó a Caracas cuando tenía 16 años. Es nativa del estado Monagas. No obstante, más allá de alguna que otra frase dicha en acento oriental, no tiene nada de su lugar de nacimiento.
Desde chiquita siempre tuvo afinidad hacia las actividades artísticas. Flamenco, ballet, pintura en óleo y gimnasia rítmica fueron algunas de las prácticas que hizo.
A casi dos semanas de empezar a estudiar medicina –viene de una familia de médicos-, tuvo un momento de lucidez. Se dio cuenta que eso no era lo que ella quería. Estudió en el Instituto Universitario de Diseño Las Mercedes y se fue a Italia a realizar una maestría.
Al terminarla, logró una oportunidad que nadie más en su curso había logrado: entrar a una casa de moda reconocida. En 2009 empieza a trabajar en Moschino con Rosella Jardini como jefa.
Su aprendizaje durante los años que estuvo allí le ha permitido saber y entender sobre textiles. Más allá de saber los nombres de las telas, saber cómo se comportan. Saber los materiales detrás y qué uso podría darle a cada una.
Allí comenzó su afinidad con la materia prima. “Cuando empiezas a tener contacto con la materia prima, las ideas empiezan a llover”, dice la diseñadora. Al tocar un tejido, podría empezar a imaginar qué quiere hacer con él.
Fueron tres años de aprendizaje continuo y establecer buenas relaciones. Tanto así, que, al casarse, su vestido fue diseñado por sus jefes y éstos le obsequiaron los zapatos que utilizaría ese día. Aún tiene contacto con ellos.
“Cuando empiezas a tener contacto con la materia prima, las ideas empiezan a llover”
Nathalia Forkin
Sus gustos…
Nathalia Forkin es una mujer que tiene como filosofía de vida el “menos es más”. Una a la que le gusta la música clásica, chill out, que la relaje. Porque todo el tiempo anda acelerada y pensando. Hasta cuando maneja va pensando en el montón de cosas que quiere y tiene que hacer.
Le gusta comer. Piensa que es de los mejores placeres de la vida. El sushi, la comida Thai, italiana, alemana, de todo.
Le gustan los anillos y tiene muchísimos accesorios. Aunque pocas veces los usa. Algo que tienen que tener los bolsos que usa son bolsillos. Compartimientos para meter todas las cosas que lleva siempre con ella. Desde pañales hasta lápices. Es una mamá.
En la familia…
Se casó en el 2012. Y fue una de las razones por las cuales volvió a Venezuela. Su –hoy en día- esposo fue hasta Italia a realizarle la propuesta.
Su rutina actual empieza vistiendo a sus hijos para llevarlos al colegio y devolviéndose al atelier para empezar a trabajar.
Le encantan las series y se ha visto muchísimas en Netflix. Desde Breaking Bad y Dexter hasta, más recientemente, Good wife. Le gusta leer y trata de agarrar un libro y abrirlo antes de dormir, a veces no lo logra. Es mamá a tiempo completo de dos varoncitos y aunque tres es un número perfecto para ella, todavía no está en los planes.
Lo que si logra cada que vez que puede es tener tiempo en familia, cosa que le encanta. Su familia siempre fue muy unida y le enseñaron la importancia de mantener y compartir tiempo juntos. Sus fines de semana y las comidas son sagrados. Es ese tiempo para disfrutar y compartir con su esposo e hijos.
Los niños han entendido que el tiempo del taller es el tiempo en el que mamá trabaja. Que cuando está probando algún diseño a la medida no hay que bajar las escaleras y que es mejor esperar a que mamá termine de hacer sus quehaceres.
Algo que aprendió a administrar ella cuando estuvo embarazada. Porque pasaba mucho tiempo en el taller y no se daba cuenta que pronto vendría un bebé. Como esa vez que realizó un desfile con ocho meses de embarazo.
Una vez nació su primer niño se dio cuenta que mientras más crecen, más fácil resulta adaptar el tiempo.
Defectos, virtudes y mañas…
Nathalia es extremadamente ordenada. Algo que le ha dado todo su aprendizaje profesional es el respeto por la puntualidad y el orden. Es meticulosa para todo, y a veces un poquito recelosa con sus cosas. Hasta el punto del “no te metas con mis cosas”.
A veces, dice unas trastadas que solo ella entiende. Pero se debe a la mezcla de idiomas que hay en su cabeza. Español, inglés, italiano. Algo entre esas tres lenguas es lo que trata de decir cuando pasa eso.
A veces, cuando está de viaje y le gusta alguna pieza. La compra. No importa que no sea su talla o que no se la vaya a poner. La deja como sample. Como inspiración para crear algo a partir de lo que le transmite.
A veces se olvida de cosas. Cosas que no sean de la marca. Esas no se le olvidan. O está hablando con alguien y se distrae.
En la marca…
Nathalia Forkin, como marca, siempre ha sido su proyecto y su satisfacción. Cuando estudiaba Diseño de Moda hacía accesorios, como hobbie, pero también como una forma de iniciar esto. La perseverancia, el estudio y el prepararse son premisas muy importantes para ella.
En esa época de hacer accesorios, hizo cursos de orfebrería para obtener y pulir sus conocimientos al respecto. En este tiempo, ha aprendido a ser más crítica. Al punto de aceptar que a veces hay que tener cuidado con tus propias críticas y el querer abarcarlo todo.
Es muy meticulosa con sus cosas de la marca. “mis cosas son mis cosas”, dice. Espera seguir construyendo y consolidando la marca. Más allá de internacionalizarse, crear cosas de buena calidad y buenos acabados. “Eso te hace entrar directo a un sitio”.
Para cada colección, hace un estudio de mercado, tendencias, colores, paletas, formas para las próximas temporadas y a partir de allí crea y hace tangibles sus ideas.
Para el futuro le encantaría hacer de todo. Desde joyas, hasta lentes. Líneas de mujer, novias, hombres, niños. Ya ha hecho algunas cosas pero a futuro espera poder hacerlo como una marca consolidada y determinada.
En sus ideas está hasta trabajar con algún artista plástico para desarrollar algún estampado. Por ahora, espera seguir estableciéndose en el mercado como una marca de calidad, elegante y sofisticada.