cuentos, relatos y otras memorias sobre las flores en mi vida

flores para la calma
Tendremos lo necesario, con revistas con diarios, y agarrados de la mano sabremos nuestros destinos...
El Kiosko - Los Mentas

Puedo recordar, una vez, en el colegio, que hablábamos de flores. Estaba como en cuarto o quinto año de Bachillerato y recuerdo una de las tantas escaleras del edificio en el que estudié. Un par de amigas sentadas y otras levantadas a su alrededor. Hablábamos de los ramos de rosas, de si nos gustaban o no. A mí no me gustaban en ese momento. Bueno, nunca me han gustado los arreglos florales demasiado elaborados. Me gustan las flores cuando las compras y organizas tú mismo en tus floreros. Pero en esa conversación eso no salió a relucir. 

El tema de esa cháchara de ese día fue que mi papá, más allá de comprarle ramos de flores a mi mamá en ocasiones especiales, casi todos los domingos le llevaba flores naturales. Eso, sumado a que mi casa familiar queda frente a un cementerio, creó una ensalada en la cabeza de una de mis amigas y sin ningún filtro o vergüenza, me preguntó: ¿tu mamá está muerta? Imagínate la risa de mis otras amigas que me conocían más y entendían el contexto de todo.

Como esa tengo muchas anécdotas menos tétricas con las flores. Ver la web de Boogaloovegetal, me las recuerda mucho más. Pero siempre han estado, de alguna manera, presentes. Mi mamá las ama y es uno de los gustos de ella que se podría decir que heredé. De existir algún factor biológico que intervenga en eso, sin duda lo creería. Creo que es cierto que mientras vamos envejeciendo (o creciendo) vamos pareciéndose más a nuestras mamás. Pero ese es otro tema.

Recientemente, o bueno, hace más de un año, fuimos a Galipán con mis amigos a celebrar el fin de año laboral con una cena -o fiesta- Navideña “en las alturas”. Para llegar al Restaurante, tomamos un jeep que nos subía por la montaña hasta allá. En todo el trayecto mis amigas y yo íbamos hablando de lo increíble que fue Floricienta en nuestra vida y el significado de las flores amarillas. Regalar este color de flores el día que comienza la primavera simboliza que esa persona es “el amor de tu vida”. Para las niñas que vimos Floricienta, eso va más allá. Porque se une con el significado y la influencia que tuvo la serie en nuestra vida. 

A partir de esa conversación, y de haber notado que las rosas no son mis favoritas, A, cada vez que me regala flores (que es a menudo y me encanta), elige Girasoles o Gerberas (de mi top) amarillas. ¿Lo hace con algún propósito? No lo sabemos. Pero nos gusta pensar que esa conversación tuvo alguna influencia.

Lo que sabemos es que ambos amamos tener flores en casa y que le de color a nuestro hogarcito. Y de lo mucho que quisieramos flores a domicilio zaragoza. Además de color, la calma que transmiten. La terapia que es cortarlas, escogerla, organizarlas y arreglarlas en el florero o los contenedores que hayamos escogido. Porque sí, somos de esos que también aprovechan las botellas vacías de vino para usarlas como el contenedor más vintage de nuestras florecitas.

Tener flores en casa es un hábito que hemos adquirido porque nos da paz y recuerda que los detalles lo son todo. 

¿Tú que recuerdo tienes con las flores?