Nathalie Vera, cantante y actriz varguense en continua formación.
Su primer contacto con un estudio fue a los nueve años. A los trece actuó en su primer musical. Ganó el Festival la Voz “Sol de Vargas” 2012 y es estudiante de la UNEARTE.
Érase una vez una niña a la que le encantaba cantar. Su repertorio iba desde Melody y sus gorilas hasta Britney y su ops! I did it again mal pronunciado, claro, por su desconocimiento del idioma. Esas imitaciones la llevaron a darse cuenta que su voz también era bonita, que sonaba agradable y ahí comenzó el sueño… Nathalie va y viene del espejo del baño de la Universidad Nacional Experimental de las Artes. No sabe que ponerse. En menos de una hora tiene un casting y ella está “modo ensayo”, es decir, con leggin, una franela cómoda y zapatos deportivos. Gracias a la experiencia, siempre lleva en el bolso una que otra pieza de ropa que puede usar para estas emergencias. Después de su cita improvisada, probablemente tenga ensayo de alguna obra de teatro o acabe en el estudio inventando una nueva melodía que presentarnos.
Su vida es la de una muchacha de casi 20 años que está trabajando duro para conseguir sus sueños. No importa cuán cansada esté ni cuánto tiempo duerma, si se trata de hacer las cosas bien, Coco, como la conocen la mayoría de las personas, no descansa hasta lograrlo.
Desde los nueve años, aproximadamente, esta ha sido su forma de vivir. A esa edad tuvo su primer contacto con un estudio musical. Fue en La Guaira, su ciudad natal. Grabó unas pistas para una presentación del día del niño y unas voces de ayuda. Mientras tanto, durante el colegio, Nathalie “era súper eléctrica e hiperactiva. Siempre estaba corriendo. No había un día, festivo o no, que no cantara por algún pasillo o, de celebrarse alguna fiesta, en una tarima”, cuenta ella misma. A los trece años tuvo la oportunidad de presentarse en La Casa del Artista con un musical que se llamó El Toque de un Ángel. Ahí hacía de todo: cantaba, bailaba, modelaba y, por supuesto, actuaba. En el 2012 ganó el Festival de la Voz “Sol de Vargas”. Y la cantante admite que gracias a ese premio, los varguenses son los que le han tenido más receptividad. “La gente me ha tratado siempre con mucho cariño. Incluso mis vecinos me tienen como LA estrella. Tengo hasta un club de fans aquí en La Guaira y eso me pone súper feliz”.
Entre tanto maquillaje, ropa tirada en el suelo y estudiantes que entran y salen de uno de los baños de la UNEARTE. Nathalie se emociona al hablar de sus fans: “Es increíble. Jamás lo pensé. Siempre quise ser una estrella y bueno, cuando lo crearon fue como que ‘wow, lo estoy logrando, si les gusta lo que hago’. Pienso que mientras más tengo poder, tengo más responsabilidad de portarme bien y ser un ejemplo para ellas. No tengo ni palabras para describir el cariño. Es otra pequeña familia”. Sus mayores fans son sus dos hermanitas. “Les encanta cada vez que tengo una presentación y cada vez que saco una canción nueva. Le dicen a sus amiguitas y siempre me ponen como un ídolo. Eso me encanta pero es una gran responsabilidad”, expresa. Tanta es la admiración que sienten las dos pequeñas que van rumbo a seguir sus pasos: una práctica baile y modelaje y otra toca flauta trasversa en una orquesta. Y no es para menos, si la descripción que les da su hermana de cómo se siente estar en un escenario es tan deliciosa: “Cuando estoy cantando, primero, tengo la adrenalina a millón. Subo al escenario y siento una energía única cuando la gente aplaude. Los aplausos son el mejor regalo que le pueden dar a un artista. Cuando bajo del escenario es que me fallan los nervios. Cuando estoy actuando es increíble que pueda ser cualquier persona menos yo. Soy libre siendo otra persona. Es como jugar a ser niños de nuevo”, declara Nathalie.
Así pasa con su definición de cómo es estar en el estudio: “Es un momento de… no sé, catarsis. Siento que todo el mundo no existe. Se me olvida el mundo exterior. Además, hay química entre mis productores y yo porque somos amigos desde hace muchísimo tiempo. Yo soy una persona sumamente creativa y si por ejemplo yo quiero un sonido, ellos lo buscan y lo crean. Siempre que voy terminamos grabando o buscando temas nuevos”. Coco es de esas personas que piensan que se puede tener todo en la vida: una familia maravillosa, una carrera exitosa y una pareja estable y sana. “Todo es cuestión de hablar, conversar, tolerar y respetar el espacio personal de cada uno. Respetar los espacios, pero también estar pendiente el uno del otro. Porque, a pesar de estar corriendo, uno siempre está esperando que esa persona esté ahí y te pregunte cómo te fue y te consienta porque es muy agotador”. Terminó el tiempo de arreglarse y “ponerse presentable para el casting”. Nathalie es echa un último vistazo y sale decidida a cumplir el sueño que comenzó imitando a Melody y a Britney: “tener un hogar hermoso para mi familia y lograr que mi vida sea exitosa”.
Entre gustos y colores… Una canción: Creo en mí – Natalia Jiménez Una época: Mi niñez Una película: The last song Un libro: Rayuela – Julio Cortázar Un ícono: Selena Gómez Un lugar: La playa Actuación o canto: Los dos. Besis,
M.