Más que un review sobre el libro, las lecciones que me deja Matar un ruiseñor de Harper Lee
And I wonder if I ever cross your mind... Lady Antebellum
Para la premisa de abril, en el marco de la celebración del Día del libro, mi reto de lectura propuso que leyera un clásico que no había leído hasta entonces. Como siempre, pregunté recomendaciones, busqué entre mis libros, y no sé cómo fue que di en digital con esta historia de la literatura estadounidense, pero me recordó mucho a la Michelle que leía clásicos de la literatura universal en la adolescencia y tomé la oportunidad de leerla.
Me parece demasiado interesante, cuando leo textos que fueron escritos en un contexto completamente diferente al actual, imaginar cómo era la sociedad en ese entonces, cuáles eran los prejuicios que tenía y las luchas que combatían. Con Matar a un ruiseñor esta comparación fue muy enriquecedora, porque al ser un libro de 1960 que cuenta una historia de los años 30, traerlo al siglo XXI, al 2023, me agotó un poco emocionalmente incluso. Porque ciertamente hoy todo es muy distinto, pero a la vez es muy igual. Aún hoy seguimos hablando de racismo y de igualdad de género.
En el libro, hoy siento que se habla de estos temas desde una perspectiva muy inocente y genuina. Y me encanta porque justo esa sutilidad es lo que me hace querer abrazar a esa niña que narra y decirle que hoy, casi 100 años después, me siento como ella. En la actualidad, aun con tanta historia detrás, siento que estamos en un contexto más abrumador comunicacionalmente y que en ciertos sentidos siento violento. No en el sentido de una violencia física, sino justo esa violencia comunicacional con un bombardeo de información y contenido que podemos consumir a través de distintas plataformas al respecto.
Vivimos una época en donde es muy fácil esconderse detrás de una pantalla y hacer algún comentario racista o discriminador, y en donde la salud mental, aunque está siendo tomada más en cuenta, también peligra ante tantos estímulos que pueden desestabilizarla con facilidad.
Matar un ruiseñor
Pero más allá de toda mi comparación con la actualidad, hablando propiamente de la historia, Matar a un ruiseñor es una de las historias más leídas sobre el racismo en Estados Unidos, porque muestra una fotografía muy fidedigna de su sociedad durante la época y la narrativa que tanto han trabajado por cambiar. Hoy comparto algunas frases que me gustaron de la lectura y lo que significan para mí.
Frases de Matar un ruiseñor
Hay hombres tan… tan ocupados en acongojarse por el otro mundo que no han aprendido a vivir en éste, y no tienes más que mirar calle abajo para ver los resultados.
Mucha gente abstraída en sus propias vidas queriendo opinar o meterse en la de los demás, o incluso juzgar a otras familias o sociedades, cuando no se dedican a mirar dentro. O simplemente utilizan sus juicios a su favor.
Simplemente, el hecho de que hayamos perdido cien años antes de empezar no es motivo para que no intentemos vencer
Esta frase es una clase magistral de constancia y persistencia a todas las luchas sociales o, incluso, las internas que tengamos.
Matad todos los arrendajos azules que queráis, si podéis darles, pero recordad que matar un ruiseñor es pecado.
De esta me gustó la manera tan sutil en la que al final le hace el guiño a esto y lo que significa en todo el libro. Aunque ya sabía más o menos de qué iba la historia por cultura general, cuando leí la frase no sabía que luego cobraría tanto sentido.
No hay otra cosa más muerta que una calle desierta, aguardando.
Más que la frase, es la imagen que generó en mi cabeza la manera en la que narró el tema de la calle vacía y esperando que algo pasara.
El remedio está en la calma
Otra clase magistral para tener paciencia y confiar en los procesos, aunque no siempre terminen como nosotros queremos.
Uno es valiente cuando, sabiendo que ha perdido ya antes de empezar, empieza a pesar de todo y sigue hasta el final pase lo que pase. Uno vence raras veces, pero alguna vez vence.
Apoyo a la clase de constancia y persistencia. A mantenernos en el juego de lo que queremos conseguir aunque eso no pase. Quizás tendremos otras ganancias.
Llorar por el infierno puro y simple en que unas personas hunden a otras… sin detenerse a pensarlo tan sólo. Llorar por el infierno en que los hombres blancos hunden a los de color, sin pensar que también son personas.
Desgarrador leerlo siendo completamente cierto.
En ocasiones, la mente de uno trabaja muy despacio.
Cuando se viven situaciones que no se pueden describir o que nos mueven mucho, esta frase puede resumir nuestro estado al momento de explicarlas.
Recuerda que puedes leer otras lecciones de otros libros aquí y puedes conseguir este contenido también en formato audiovisual en Youtube.
