Para mi próximo viaje solo sé dos cosas: será un destino de montaña y campo y necesitaré unas botas camperas (especialmente de Valverde) para disfrutarlo
When you don't know what to do next, rutine tells you Austin Kleon
Tiene por lo menos dos horas lloviendo fuertemente en La Guaira, mi ciudad, iba a escribir ‘natal’, pero la verdad es que yo nací en Caracas. Aunque realmente me considero una ‘ciudadana del mundo’ aunque no haya salido de Venezuela en el último par de años. Lo que sí he hecho es disfrutar de ella.
Principalmente mi trabajo desde hace más de un año me ha hecho viajar por lo menos una vez al mes a algún estado del país y llevarle formación socio-política a los jóvenes de esas regiones. Lo segundo, por mi, mi novio, mi familia y su familia que este año nos hemos dedicado a no desperdiciar ningunas vacaciones, feriado o puente que se atraviese.
Sea por una ocasión o por otra, termino en algún rincón del país. Este septiembre nos fuimos hasta el Delta del Orinoco y supimos lo importante que era tener unas botas de lluvia con nosotros. Fuimos de excursión por la selva y para poder meternos en ella desde el campamento nos prestaron una. Además, desde que llegamos a Caracas y La Guaira de nuevo, toda clase de onda tropical ha pasado por aquí haciendo sentir, de nuevo, que unas botas de agua serán útiles.
Ahora, en esta línea de las botas y del nuevo destino que estoy cocinando para pasar mi cumpleaños, creo que necesitaré unas botas camperas. En enero las playas son extremadamente frías en el Caribe -así no tengamos estaciones-, y el clima que se junta con no sé qué hace que la brisa no te deje en paz ni un segundo. Es una lección que aprendí después de intentar varias veces celebrar mi cumpleaños en la playa. Este año iremos a la montaña y el campo si todo sale bien.
Todavía está en planificación pero lo que si ya está decidido es que iremos a un clima frío para justificar la época. Ahora solo queda comunicárselo a los invitados (mi familia) para que ellos también se mentalicen y oficializar el destino. Lo bueno es que al saber con tanto tiempo de anticipación puedo destinar parte del presupuesto a preparar mis outfits para el destino y comprar mis botas camperas para acompañarlos y elevarlos.
De verdad ya me imagino demasiado mi estilo tradicional y sencillo combinado con las botas que le darán ese toque, por un lado, apropiado al destino y, por otro, llamativo. Aunque lo mío no es montar a caballo, me encanta el equestrian style (estilo tipo de equitación) porque va totalmente con lo tradicional.
De botas camperas, el modelo ideal lo he visto en Valverde y me encanta que es un calzado artesanal originario del pueblo onubense de Valverde del Camino. Me encanta que son súper sencillas lo que las hace muy elegantes. Tienen sólo algunos elementos y de resto es la bota perfectamente lisa y lustrada que da la sensación de tener un calzado impecable.
Entonces, por ahora, tengo claro dos cosas: que mi próximo cumpleaños seguirá la tradición de conocer un lugar nuevo y esta vez será en la montaña / el campo y que necesitaré unas botas camperas para eso.