Mis deseos para este año: momentos para sentir gratitud y acercamientos culturales que me expandan
El ejercicio de agradecer puede resultar ajeno cuando nunca lo has hecho, pero una vez lo tomas como una práctica en tu vida, y entiendes su poder, resulta casi instantáneo el cambio que puede hacer cada vez que te dedicas a ello. Yo agradezco por todo en mi vida. Todo. Y de vez en cuando formalmente hago journaling al respecto, para poder sentir más poderosamente esa sensación de satisfacción y plenitud con lo que somos.
Si estoy pasando por una mala situación, doy gracias, siempre habrá algo que agradecer; si estoy pasando por una buena racha, doy gracias, y potencio mi emoción de sentirme la más afortunada; si estoy en un momento que no me puedo creer bien sea de la índole que sea, doy gracias. El cambio de humor es automático.
Ese switch, o cambio de mood -humor- que ocurre cuando pienso en agradecer el presente siempre me pasa ante alguna expresión de arte. Sea lo que sea, lo disfruto tanto que agradezco por estar experimentando esa obra o producto. Por haber escogido, de alguna manera, estar en ese momento y lugar. Y si resulta que no lo escogí, pues incluso más.
Lo mismo con los viajes. Tanto si son planificados por mí, como si son con familia, trabajo o alguna otra razón que no repercuta directamente en mi responsabilidad, agradezco estar experimentándolos. Este año, sobre todo, decidí que seguiría expandiendo mi gratitud hacia mi trabajo y lo que hago y que, sobre todo en los viajes, aunque repita destinos, mirar con ojos de marciano y que todo me parezca extraño, nuevo. Fijarme de verdad en los detalles.
Un año de más momentos que agradecer y arte para crecer
A pesar de que ya estamos en el cuarto mes del año, siento que estoy a tiempo para recalcular, si es necesario, o para seguir planificando que quiero para los próximos meses. Quiero viajar y visitar alguna ciudad que explote mi narrativa cultural. He estado ojeando hacia donde ir, o qué hacer y me topé con un montón de eventos, ferias, festivales y actividades que encendieron mi wanderlust.
“¿Te imaginas ver exposiciones en Barcelona?”, me dije. No conozco la ciudad, pero siempre está ahí. Siempre he querido ver las edificaciones de Gaudí o la Sagrada Familia. Pero más allá de eso, y como soy una mujer de momentos, y en muchos casos, los más sencillos son los que más agradezco, disfrutar de un buen atardecer después de visitar algunos museos en Barcelona.
Pasear por el Museo Marítim, el Alien, el de Picasso (de mis artistas favoritos para estudiar más que su arte, su historia) o el gran Museu Nacional d’Art de Catalunya. O, por supuesto, Casa Milà… what a dream!
Sigo planificando mi año, pero un viajecito que me saque de mi zona de confort y me lleve a un nuevo nivel de conciencia cultural está a la vista… Aún no en los planes oficiales, pero pronto lo estará… ¿tienes recomendaciones para este año? ¿cuáles son tus destinos favoritos para aprender más sobre cultura y arte?