#MTBTViajero: The happy island o uno de mis destinos favoritos en el Caribe: Aruba.
Vine llegando de Aruba, gozando la temperatura Yo te vi bailando limbo Me barriste puesto en la esquina Dj par de bocina Si todos llegaran por el ritmo Limbo – Daddy Yankee
Durante mi último viaje a Aruba sonada “Limbo” de Daddy Yankee en todos lados. Al volver, cada vez que la escuchaba en una fiesta, no podía dejar de identificarme –y miren todo lo que tiene que pasar para que uno se vincule de esa manera con una canción de reggaetón- con la línea “vine llegando de Aruba…”. Era mi manera de recordar lo grato que fue el viaje. Y no es que haya rumbeado demasiado, es que fue uno de esos viajes familiares donde te diviertes hasta más no poder con tus primos.
La primera vez que estuve en Aruba sonada todo menos música nueva. Fue el último destino del crucero de Pullman Tour que hicimos y en la discoteca siempre se escuchaba cualquier cosa que no fuese el último hit de ningún género. También me divertí tanto la noche en la que nos despedimos de la Isla, que es otra de esas “mejores madrugadas de la vida”.
Un dato curioso sobre Aruba, es que una de las referencias más viejas sobre su nombre fue encontrada en los archivos del Registro Público Principal de Caracas. También que es tan pequeña que con dos horas basta para recorrerla entera. Aun así, vale detenerse en muchísimos lugares como el Parque Nacional Arikok, las Formaciones Rocosas Ayo y Casibari, el Faro California, el Puente y la Piscina natural, su “Downtown” y, por supuesto, cualquiera de sus playas. Es de esos destinos caribeños que visitar, aunque sea una vez –o dos, o tres, o cada que puedas- en la vida.
La última vez que vi a Aruba fue a 25 kilómetros de distancia desde el punto más al norte del sur (en Venezuela). Un paraíso llamado Cabo San Román ubicado al noreste venezolano en la península de Paraguaná, estado Falcón. Aun de lejos, se veía feliz.