Estas son las películas de los 60 que todo fanático de la moda debe ver alguna vez en su vida. 

"La moda está atenta al cine y las películas porque es un mundo de imaginación, 
y la moda gira entorno a la creatividad, entorno a algo que está en un sueño, 
algo que está en tu cabeza pero no puedes notarlo. 
Así muchas veces las películas hablan de un sueño, de algo muy ambicioso..."
Frida Gianni en The Director (2013)

De la idea de Las películas de los 50 que todo fashionista debe ver llega este post con la década siguiente. Fueron años en los que Audrey Hepburn siguió brillando en diseños de Edith Head, Cecil Beaton O el mismo Givenchy; en donde Hitchcock suplantó a Grace Kelly pero siguió con sus rubias; donde Buñuel inmortalizó a Catherine Deneuve y Bardot seguía conquistando a todo el mundo. Se escaparon de la descripción Dr. No y Who’s afraid of Virginia Woolf?, pero las nombramos porque también merecen formar parte de las películas de los 60s que todos los aficionados a la moda deberíamos ver.

La dolce vita (1960)

Es una película escrita y dirigida por Federico Fellini, se dice que su mejor obra de arte y también de lo mejor del cine. Marcó la línea divisora entre el cine que el autor venía haciendo y el que hizo después. Ganó un Óscar al mejor diseño de vestuario -obra del director artístico Piero Gherardi- y narra la historia -desde su punto de vista, de hecho- de un escritor de crónicas por la Via Veneto de Roma. Se dice que el film entero fue inspirado en el icónico sack dress  de Balenciaga en el año 1957.

El sitio web Viste La Calle reseña que «Brunello Rondi, co-guionista, confesó en su momento que la inspiración que encontró Fellini en estos trajes proveía de lo que él veía representado en ellos: una mujer hermosa por fuera que a su vez podría representar un esqueleto de miseria y soledad.»

Breakfast at Tiffany’s (1961)

Una de mis películas favoritas entre mis favoritas. Está basada en la obra literaria de Truman Capote, la dirige Blake Edwards y la protagoniza mi actriz favorita de todos los tiempos: Audrey Hepburn -conocida por ser un icono mundial de estilo-. La película va de una joven sin pretensiones de pertenecer a algún lugar o persona. Un alma libre pero encarcelada por el miedo que tiene, que se consigue con un escritor que termina enamorado de ella y la mete en una encrucijada con sus propios sentimientos.

Es bastante diferente al libro, pero cada uno puede brillar por separado, en mi opinión. Todo el vestuario, que se comparten Edith Head y Hubert de Givenchy, es una joya. Empezando por esa primera escena con ese petite robe noire o little black dress de Givenchy -se hicieron tres modelos exactos para el rodaje- adornado con accesorios de más de $20.000 y los famosos Wayfarer de ray-ban y terminando con esa última escena bajo la lluvia con ese trench que también se ha hecho histórico.

Vie privée (1962)

O A very private affair, o en español El amor es asunto privado, es una película dirigida por Louis Malle que trata sobre una muchacha que, harta de la fama, decide irse a Suiza para tener un poco de privacidad. Allá tiene una aventura con un hombre (Marcello Mastroianni). La protagonista está encarnada por la «bomba sexy» de los 60, Brigitte Bartdot, y fue una de las películas que la consagró como icono de la moda. Se convirtió en la mejor representante del moño choucroute: una combinación de moño, cola de caballo y melena (falsamente) despeinada.

The Birds (1963)

Es una de las películas más conocidas de Hitchcock, está basada en una novela de 1952 de Daphne du Maurier, a su vez basada en hechos reales, que cuenta la historia de una joven que va a comprar un pájaro para su tía y conoce a un abogado e inmediatamente se siente atraída por él. En pro de que él sienta lo mismo va a regalarle unos periquitos y es inesperadamente atacada por una gaviota, a partir de este ataque se genera un revuelo de pájaros que atacan a toda la población.

El vestuario, muy de los personajes de las películas de Hitchcock, es sofisticado y elegante pero cómodo para facilitar el movimiento en las escenas de acción. Fue diseñado por Edith Head, bajo la estricta supervisión del director y resalta fielmente esa idea de una mujer rica dentro de un pueblito costero. A pesar de tener solo tres cambios dentro de la película, el vestuario hizo tan famoso como el film.

Charade (1963)

Esta película dirigida por Stanley Donen, cuenta la historia de una mujer que regresa de unas vacaciones y se consigue con que han asesinado a su esposo. Es llevada a la Embajada de Estados Unidos para explicarle que el difunto estaba involucrado en un crimen y allí conoce a un agente de la CIA con el que empezará a tener sucesos desafortunados afortunados hasta que descubren toda la verdad. El vestuario fue todo diseñado por Givenchy -de los mejores amigos de Audrey en real life y con quien trabajó en infinidades de películas-, quien mantuvo los trajes clásicos que resaltaban el cuello y la cara de la actriz.

Cleopatra (1963)

Dirigida por Joseph L. Mankiewicz y protagonizada por Elizabeth Taylor es una de las tantas películas sobre esta mítica mujer. No obstante, después de dejar casi en la ruina a 20th Century Fox, al ser uno de los films más caros de la historia y probablemente el único que a pesar de ser un éxito en taquilla no conseguiría en su primer año recuperar la inversión, ganó cuatro premios Óscar e inmortalizó a Taylor de alguna manera.

Una de las estatuillas fue la de mejor vestuario y no es para menos cuando para la película se crearon aproximadamente 26 mil trajes, el presupuesto de vestuario fue de $194.800 y Taylor se cambió, más o menos, al rededor de 65 veces. Gracias a este film se popularizaron los anillos en forma de serpiente, el corte de pelo geométrico y el maquillaje «estilo Cleopatra».

My Fair Lady (1964)

Este musical dirigido por George Cukor, narra la vida de una muchacha que vende flores afuera de una opera, tiene un acento cockney muy marcado y muy pocos modales. No obstante, un importante profesor de fonética, en su afán de demostrar que puede hacer hablar bien a cualquier mujer, empieza a darle clases para que mejore su dicción y presencia. Así, Eliza se convierte en todo una dama. El vestuario estuvo a cargo de Cecil Beaton, quien ganó un Óscar por la película.

La página web La Otra Columna de Carrie reseña «Para el vestuario de la película Beaton se basó en el estilo que predominaba en el por aquel entonces Londres eduardiano donde los cuellos altos y rígidos eran muy populares, así como los sombreros grandes y ornamentados. Se caracterizó por vestidos de telas finas que dejaban entrever las líneas de la mujer, un desarrollo excesivo de los peinados, el pelo rizado y un uso excesivo de diamantes y platino que dan elegancia y estilo a las mujeres».

How to steal a million (1966)

Se me hace inevitable no meter casi todas las películas de Audrey en esta lista. En casi todas el vestuario era impecable. Aquí Audrey es la hija de un famoso -falsificador- coleccionista de arte que está a punto de ser descubierto como estafador. Como hija que ama a su padre, no quiere que vaya a la cárcel así que decide contratar a un ladrón de guante blanco para robar la Venus antes de esto ocurra. La dirige William Wyler. El vestuario, de nuevo a cargo de Givenchy estuvo adornado por joyas de Cartier.

En el sitio web Los Ladrones de Palomitas dicen: «es destacable la escena en la que la actriz viste totalmente de negro, con una máscara incluida que le cubre los ojos y la que abre la película, con Hepburn a los mandos de un descapotable rojo, vestida completamente de blanco con gafas y gorro a juego. Una comedia refrescante que merece la pena descubrir, si aún se desconoce».

Blow up (1966)

Fue la segunda película a color y la primera en inglés de Michelangelo Antonioni. Es una historia sobre un fotógrafo de moda que ha marcado historia a lo largo del tiempo. Inspirada en un fotógrafo real: Sergio Larraín. Se cuenta que el protagonista, Thomas, está hecho a la imagen y semejanza de David Bailey. Y que el director le pidió a este que se interpretara a sí mismo en el film, pero no lo logró. El vestuario, muy del mundo de la moda para el momento, no es lo que hace que éste título califique en esta lista, sino su historia en sí. Un fotógrafo que es una especie de rock star se encuentra con un misterio en un aislado y sub-real parque.

La película está inspirada en el relato Las babas del Diablo de Julio Cortázar. Aunque realmente no es como que tengan mucho en común. Es una película que a primera vista parece sin sentido, pero que después tú mismo se lo vas dando.

Bonnie and Clyde (1967)

Esta película dirigida por Arthur Penn basada en hechos reales, cuenta la historia de dos criminales que se convirtieron en enemigos nacionales. Estos personajes delinquieron por todo el medio oeste, oeste y sur de Estados Unidos. ¿Qué tiene que ver esto con el mundo de la moda? El vestuario de Bonnie convirtió al personaje en todo un icono de estilo. Fue diseñado por Theadora Van Runke. Consistía, básicamente, en cardigans, faldas lápiz y algunas de corte evasé, trajes de chaqueta y gabardinas complementados por borsalinos, boinas, los pañuelos de seda al cuello y guantes.

The Graduate (1967)

Esta comedia digida por Mike Nichols se basa en una novela que lleva el mismo nombre y ganó un Óscar. Trata de un recién graduado que regresa a su casa a pasar las vacaciones y se consigue con que unos viejos amigos de la familia están interesados en él. Por un lado, el padre quiere que despose a su hija. Por el otro, la esposa quiere que mantenga una relación con ella. El punto que nos interesa más en esta lista es el vestuario de la Sra. Robinson lleno de trajes y abrigos elegantes, así como de lencería muy llamativa.

Belle du jour  (1967)

El film más conocido de Buñuel y su primera colaboración con Catherine Deneuve. Se ha convertido tanto en un clásico del cine como de la moda. Va de una mujer casada con un médico que no puede mantener relaciones sexuales con él. En búsqueda de salir de su rutina, termina trabajando para una «casa de citas». Es importante mencionar que a lo largo de la historia también hay sueños o pensamientos sub-reales en donde ella misma se ve maltratada y ultrajada. Es una obra de arte y, por si fuera poco, su vestuario estuvo a cargo de quien se convirtió en el modisto más joven de París: Yves Saint Laurent.

Los diseños, llenos de esa clásica modernidad que caracteriza a YSL, se volvieron iconicos. A pesar de ser muy de la época, son muy atemporales también. Es una película que podría parecer de esta época en cuanto a su vestuario. Vestidos de aire monacal, vestidos camiseros  o «petites robes noires», fueron cubiertos por abrigos espectaculares y adornados por sombreros, guantes y lentes que le daban ese aire de elegancia que la distinguía de las otras mujeres. El vestuario de la jefa de la «casa de citas» también me gustó porque marcaba la diferencia entre ella y sus «empleadas». Parecía una mujer elegante e imponente.

Valley of the Dolls (1967)

Es una película dirigida por Mark Robson basada en el libro de Jacqueline Susann. La historia va de mucho drama, problemas de adicción y depresión, y por ahí va la cosa. ¿El match con la moda? Está protagonizada por Barbara Parkins, Patty Duke, Sharon Tate y Susan Hayward. Los vestuarios bellísimos están conformados por mini faldas, baby dolls, ese peinado icónico de los 60s y muchos colores pasteles. ¡Mucha estética baby!

Barbarella (1968)

Esta es una película franco-italiana que pertenece al género de ciencia-ficción y fue dirigida por Roger Vadim. La trama, que no va más allá de un supuesto presidente del planeta tierra que encarga a Barbarella la búsqueda del doctor Duran Duran en otro planeta. Tiene una carga erótica impresionante y a mi parecer está hecha solo para exhibir las bondades de Jane Fonda en su época. El vestuario estuvo a cargo de Paco Rabanne y Jacques Fonteray. Ambos mostraron muchas de las tendencias que se han llevado estos últimos años. «Un festival de capas, botas por encima de la rodilla y a media caña con solapas y hebillas, corsés, bodys, leggings, brazaletes y mallas metálicas», citamos al blog I wish I were Karl.

Rosemary’s baby (1968)

Es una película dirigida por Roman Polanski. Se basa en una novela de Ira Levin. Va de mujer que quiere tener un bebé con su esposo y después de ciertos sucesos lo logra. No obstante, todo se va tornando cada vez más aterrorizador. Mia Farrow, su protagonista, impuso la tendencia de los baby dolls en las embarazadas (después de aterrorizarlas y hacerlas no querer ir a ver la película). El vestuario estuvo a cargo de Anthea Sylbert. Lo constituyen vestidos evasé, de corte imperio y con cuello peter pan. También había trajes de chaqueta con elegantes estampados como el de pata de gallo.

Los 60 fue otra época en la que el contexto permitió que muchas películas se inmortalizaran tanto por su trama, como por la fama de actrices que se habían convertido en ‘influencers’ del mundo de la moda.

Cada final de mes comparto entradas y contenido que resume lo mejor de las últimas semanas

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