Weekly update de mi vida as Carrie Bradshaw en cuarenena (o lo que sea que sea esto que estamos viviendo en Venezuela).
La vida es como la espuma, por eso hay que darse como el mar Luisa en Y tu mamá también de Alfonso Cuarón
Han vuelto un poco las mañanas de saudade, ¿o nunca se han ido? Ahora que lo pienso, creo que no se han ido. Es que vivo con ellas desde siempre, solo que de vez en cuando desaparecen for a while. Con la remodelación de este espacio (pendiente por pagar, aún, mea culpa y lo siento en caso de que los responsables estén leyendo esto), ya me estoy tomando un poco más en serio esto de ser kind of a Carrie Bradshaw que dije en enero de este año. Para cuando no sabía que una pandemia me iba a tener en mi casa la mayoría del tiempo.
He escrito como loca, debo aceptarlo. No todo lo he publicado, pero si he partido de mucho de lo que tengo en mi journaling para comenzar o tematizar algunos posts patrocinados, que es lo que más he compartido en estos últimos meses. Un poco porque no he salido, un poco porque este espacio estaba en remodelación y no tenía mucho sentido actualizarlo, y mucho porque no me he en seriado como tal con esto de volver a bloggear.
Es que en realidad no volveré a bloggear, la verdad, pero sí quiero mantener este espacio actualizado, aunque sea de cosas personales y vómitos reflexivos que se me van ocurriendo y a veces el papel no me alcanza para sentir que terminé de cumplir con ese ítem de “compartir lo que siento”. Kind of a Carrie Bradshaw tal como comenté. La escritura me salva, me ha salvado y probablemente lo siga haciendo. Creo que ha sido lo que más he disfrutado hacer durante la cuarentena. Journalear.
En ese momento de dedicarme a hacerlo han ocurrido millones de ideas que hemos puesto en marcha en las diferentes áreas en las que estoy trabajando ahora mismo. Sin mencionar que todo siempre lo comienzo en papel. He descubierto durante esta cuarentena que no precisamente tengo que escribir crónicas, reportajes, cuentos o relatos para disfrutar ese proceso. La publicidad y el copywriting me han dado mucho y me han mostrado que también se puede transmitir un mensaje positivo (como debería ser siempre, creo), a través de ella. Y para re-descubrirme en ese sentido tuve que hacer muchos cursos de Domestika. O varios, la verdad.
Hoy, sigo pensando que mi vida ideal sería dedicarme a escribir y viajar, solo que ya no limito eso de “escribir” a sólo literatura (o periodismo disfrazado de literatura). Hoy sé que el copywriting también nos hace bien y que darles identidad a marcas es mi parte favorita de la publicidad y los servicios de la Agencia Bloom. Puntos para la cuarentena, de nuevo.
Lo he mencionado muchas veces a lo largo de este año y mientras hemos estado encerrados, pero lo repito en caso de que estén llegando aquí sin saber nada de todo lo anterior: sea como sea, si fue planificado o no, si es una conspiración o no, la pandemia nos sacudió de una rutina que, aunque de vez en cuando extrañemos, tenemos la tarea de adaptar a nuevos hábitos más sanos. Y con esto no quiero extenderme porque en el caso de Venezuela es un poco más delicado decir todo lo “positivo” que pudo ser, porque la verdad es que esté año nos “ha dado con el tobo”, aun así, y aunque a veces no lo parezca, el vaso medio lleno, siempre. O bueno: medio lleno para lo que tenga que estarlo, medio vacío si así se requiere.
Lo que concierne a mí, es así. Aunque ya cada vez esté intentando más y más adaptarme a una nueva normalidad que incluye muchas cosas en ella. Tanto colectivas como personales. Aún no sé muy bien qué estoy haciendo más allá de vivir el presente e intentar que éste se corresponda lo más posible con lo que siento que quiero a futuro aun sabiendo que todo puede cambiar en un instante.
Mi mayor consejo y que quizás no puedo explicar lo suficiente: lleven un journal. Un diario. Así no sean buenos escribiendo. Anotar tan solo una frase sobre lo que sientes o piensas en el momento te ayuda a comenzar a actuar con respecto a ti y a cómo puedes mejorar las situaciones que no te gustan. Aunque debo admitir que esté semana fue bastante movida para mí y fallé un poco. Lo importante es que salí sana y salva (o eso creo). Sin embargo, el mayor aprendizaje de la semana vino de una frase que recordé al volver de mi primer día de playa después de siete meses: la vida es como la espuma, por eso hay que darse como el mar. Y al final, todo toma el curso que la naturaleza quiere que tome.
Gracias, Cuarón, por hacer que Luisa fuese tan sabia en esa despedida.
Highlights de la semana:
- Eché gasolina, dos veces, lo logramos, Venezuela
- Fui a la playa después de siete meses, y esto debería estar primero
- Conocí La Churrería después de comer horrible en Nobu
- Busqué la nueva libreta (o cuaderno, aún no sé cuál es la diferencia) justo a tiempo para que se terminara la anterior
- También mis washitapes nuevas
- Y me llegó un forro del teléfono que compré en wish
- Busqué mis flatforms amadas y soñadas de Kukui
- Celebré la vida de dos personas que hace un año no conocía
- Me tomé un vinito que no cayó mal