Más que una review, algunas frases a modo de lecciones que me dejó el libro El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez 

No es muy original de mi parte pero el Gabo es uno de mis escritores favoritos. No tengo un libro favorito o especial de él y tampoco puedo decir que son todos. Mi vínculo con este escritor colombiano tiene que ver con todo lo que representa y su forma de narrarnos historias asombrosas. Ese realismo mágico que nos envuelve y hace que quedemos con los ojos pegados a sus libros.

O esas crónicas o textos periodísticos que igual son como “un cuento que es verdad”. Me gusta toda la atmósfera que envuelve su historia y que lo puedo sentir tan cercano, como que hasta hace unos años estaba aquí, o allá, pero fue Colombia quien lo vio nacer. 

La primera vez que escuché sobre El coronel no tiene quien le escriba fue por parte de mi mamá y, la verdad, fue una queja. Decía que cuando la mandaron a leerse esta micronovela en bachillerato, no la encontró nada entretenida y la desesperó que (y voy con un spoiler así que si no lo has leído y no lo quieres, sáltate el resto del párrafo) “al bendito coronel nadie le escribía ni le escribió nunca”. Creo que eso forma parte del encanto del libro, esa desesperación por saber “qué pasa al final”.

Al ser tan corto, funcionó para leerlo durante un vuelo de ida a Mérida y un vuelo de vuelta a Caracas. Un check en la bibliografía del Gabo de la lista que tengo, aunque se podría decir que ya están consumados los más populares. Como siempre y sobre todo en el caso de este escritor, enseñanzas y reiteraciones de lecciones de vida dignas de resaltar. 

Frases de El coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez

La vida es la cosa mejor que se ha inventado.

Hasta los muertos se equivocan.

Nosotros somos huérfanos de nuestro hijo.

Cuando se va a vender una cosa hay que poner la misma cara con que se va a comprar.

–La ilusión no se come –dijo ella.

–No se come, pero alimenta –replicó el coronel–.

Nunca es demasiado tarde para nada.