La pintura siempre ha sido una actividad a la que he estado inexplicablemente ligada y Van Gogh uno de sus exponentes.

No encuentro una frase que te pueda describir,
una perfecta pa' ti.
Quiero decirte que eres todo para mí.
Y solo se me ocurre decir que como sanguchito de Diablitos y Cheese Whiz, 
Me haces feliz...
Sanguchito - Anakena

Loving Vicent es una de mis películas favoritas de la vida. De verdad podría verla un millón de veces y nunca me aburriría. No es sólo que sea la primera película animada utilizando sólo pinturas, o que esté construida por 65mil fotogramas pintados a mano por más de 100 pintores, al mismísimo estilo de Van Gogh. Es que cuenta la historia desde una perspectiva interesante, aunque la narrativa quede opacada por sus bondades técnicas.

La idea de contar a través de cartas me resulta extremadamente simbólica considerando que la mayoría de lo que sabemos sobre Vincent Van Gogh es por sus cartas. En especial las cartas a su hermano Theo, que también tiene un papel muy importante en la película. Y no hay nada que me guste más que las historias que se valen de lo simbólico para comunicar. Eso de transmitir entre líneas, y que no siempre quede explícito, me atrae y me engancha mucho.

Mi amor por Van Gogh no sé cuándo comenzó. No sé si es desde pequeña, con mi inexplicable vínculo nunca desarrollado con la pintura, o si de adolescente o pre-adulta, cuando fui conociendo más de él. En la Universidad vi toda una materia de comunicación visual sobre pintores y artistas famosos, desde Miguel Ángel hasta Bansky (si podemos considerarlo así), y aunque no ahondamos en la vida del neerlandés, hay algo que me unió más a él. Y hay algo que lo hace, que aún no descubro.

Quizás es porque la historia de los artistas de los Países Bajos me interesa mucho. O de toda la cultura en sí. Como Vermeer, muy anterior a Van Gogh, y famoso por el cuadro de La joven de la perla. Su historia de bloqueo creativo y sus retratos de encargo, porque pintaba por mecenas más que por arte, también resulta atractiva. Creo que en general, me gustan las historias de creativos, a decir verdad.

Hoy me he acercado un poco más a la pintura. Compré materiales para poder practicar mi hobbie de acuarelas con más seriedad y espero poder pulir un poco más mi técnica. Aunque la verdad la pintura para mí es un momento de relajación y quizás hasta meditación. Nunca he probado con reproducir cuadros de mis pintores famosos, soy más de escenas de películas, pero guiándome por https://retratosdeencargo.com/reproducciones-de-cuadros/ creo que podré intentarlo en algún punto.

Si algo agradezco a estos últimos dos años y en especial a este, es encontrar ese momento de paz en la pintura y en el arte. Aunque no sea tan buena, la verdad. El simple hecho de poder concentrarme en algo, calmar la ansiedad y hasta ser un poquito más feliz de a ratos, me hace encontrar ese equilibrio necesario. La acuarela, sin duda, es parte de esos me times que se han vuelto estrictamente necesarios para mí.

Y aunque aún no me atrevo a intentar reproducir mi cuadro favorito de Van Gogh (Almond Blossom) y mucho menos la popular Starry Night, los adquiriría para ponerlos en mi estudio.