Nuestro segundo día en Yaracuy comenzó en el Centro y, sin darnos cuenta, nos topamos con el Parque San Felipe El Fuerte.
FENIX El calor de estos muros carcomidos, del árbol, la columna, el contrafuerte, nuestros padres lucharon aguerridos por pervivir, con azarosa suerte. Una tarde los lienzos sacudidos en turbión de dolor que todo invierte, rascaron por violentos alaridos lo que ante ti sin voz miras inerte. Ora llegan de ayer, nervio y ejemplo, en manos fraternales rescatados los tesoros del vino, el pan, el templo. Y los ojos descubren asombrados como del mar del tiempo y de la muerte retorna vivo San Felipe El Fuerte Manuel Rodríguez Cadenas, 26 de marzo de 1973
No puedes ir a una ciudad sin visitar su centro. Y de tenerla, su parte colonial. Gracias a no poder despegarnos de las obligaciones de la rutina y la necesidad de realizar unas transferencias, fuimos a parar a un cyber (local de conexiones a internet) en el centro de San Felipe. Específicamente en toda la Avenida Caracas. Allí, además de tener buena señal y una computadora, conocimos Giro, justo en frente del centro de conexiones. Ese lugar se convirtió en el protagonista de los desayunos por el tiempo que duró la estadía en Yaracuy.
Bajando por esa Avenida nos conseguimos la Plaza Bolívar, la Alcaldía y la Gobernación de San Felipe. Estructuras muy bonitas que bien podrían situarse en el Centro de Caracas por su arquitectura semejante. Seguimos bajando y, sin querer, nos encontramos de frente con el Parque San Felipe El Fuerte.
Después de dar algunas vueltas, casi irnos, casi decidir estacionarnos afuera, logramos que uno de los encargados abriera el estacionamiento para parquear el carro. No nos cobraron entrada y tampoco ofrecieron guía alguna. Caminamos por las callecitas de piedra a nuestro placer, priorizando las estructuras que más nos llamaban la atención.
Parque San Felipe El Fuerte
Cuenta la historia, y un texto ubicado en la entrada del recorrido, que sus calles empedradas fueron hechas gracias a los presos de la época, quienes con paciencia minuciosa colocaron cada roca en su lugar. Era parte de los castigos y pagos de condenas del Yaracuy de aquel entonces. Estado que el viajero Joseph Luis Cisneros consideró el de mayor comercio hacia 1764, antes de que el terremoto de 1812 devastara la ciudad y su población quedara bajo escombros, sólo en el recuerdo de lo que hoy es Monumento Histórico Nacional desde 1985.
Aun así, esa no fue la primera vez que San Felipe El Fuerte, como es llamada en honor al Rey Don Felipe V -quien ordenó su reedificación en el siglo XVIII-, fue destruida. Antes del devastador sismo, ciudadanos de pueblos cercanos se dedicaron a impedir que la ciudad se levantara e independizara.
La historia de Venezuela está llena de españoles y egoísmo de sus habitantes. Según Venelogía, estos terrenos donde se sitúa el primer parque de tipo reliquia histórica, pertenecieron alguna vez a Barquisimeto. De esta manera, la población yaracuyana de la zona, en las primeras décadas de 1700, estaba sometida política y eclesiásticamente al Cabildo y a la Vicaría de Barquisimeto. El Primer Magistrado de la Provincia de Barquisimeto, ordenó, en varias ocasiones, la destrucción de la civilización que se alzaba en Cocorote (San Felipe), hasta demandó incendiarla en 1724.
Y aquí es donde entra en la historia la corte de Madrid. Los vecinos yaracuyanos protestaron ante ella y lograron emanciparse. La Real Cédula con fecha del 6 de noviembre de 1729 en Sevilla, narra que el Rey Felipe V asistió al pueblo que se convertiría en ciudad y se le otorgarían autoridades propias.
Así es como se concibe para 1764 como la ciudad de mayor población –tachaba en los siete mil habitantes- y de mayor comercio en Venezuela. Esto “se debió a la gran producción de cacao de sus haciendas y al movimiento que provocaban las operaciones de la compañía Guipuzcoana. el Río Yaracuy era entonces navegable, y los productos del valle se embarcaban en lanchones de fondo plano hacia el mar”.
En la actualidad
Su estructura no dista mucho de lo que hoy es la San Felipe “moderna”, ubicada justo al frente del Parque. Sus calles tienen, de igual manera, lo que llaman una simetría de damero que no es más que dividir las calles en cuadras casi perfectamente medidas. En un croquis de 1732 se pueden observar las 132 cuadras y 528 solares que ahora son solo estructuras de piedra derrumbadas e invadidas por la característica principal de Yaracuy: vegetación.
Con una extensión de 10 hectáreas y más de 100 especies de plantas, alrededor de 162 años después del terremoto, más específicamente en 1974, se inauguró lo que se conoce como el primer parque de reliquia histórica a partir de los restos de la historia yaracuyana. Su ubicación, según la geografía actual es en la Avenida 2 con la Avenida Caracas del Municipio San Felipe y también es conocido -con un nombre más largo para variar- como el Parque Histórico Arqueológico San Felipe El Fuerte y es administrado por el Instituto Nacional de Parques (INPARQUES).
Al marcharnos, nos entregaron un sticker de Yaracuy y un mapa donde se muestran los destinos turísticos de San Felipe y Cocorote (zona exacta donde se alzaba la antigua ciudad del Parque San Felipe El Fuerte). Le ofrecimos una propina al señor que nos abrió el garaje y, extrañamente, se reusó a aceptarla hasta que insistimos tanto que no tuvo otra opción.